El hotel es enorme, la habitación ok, la alberca muy bien, el restaurante aceptable, y tiene mesa de billar. Lo malo es que está a un par de kilómetros de la zona arqueológica y si uno no va en coche o en tour no dan otra opción que caminar sobre la carretera. No pasan taxis transporte muy seguido, y caminar por la carretera bajo el rayo de sol es incómodo y riesgoso. Creo que el hotel debería ofrecer la opción de transporte desde y hacia las ruinas,y quizás desde y hacia el pueblo, aunque tuviera una cuota. Además, la joven que nos recibió en la mañana no estaba nada informada de los horarios y opciones de transporre. La empleada de la tarde todo lo contrario y nos explicó muy bien.