En general es muy normal, la señora de la cocina muy querida y servicial. Las toallas estaban manchadas de amarillo. La primer noche, nos quedamos con la llave del lavamanos en la mano y fue reparada, la piscina con excesivo olor a cloro. No, nos sentimos seguros, la chapa de la habitación estaba dañada a pesar de que se echaba seguro, se podía abrir desde afuera, así que para dormir nos tocó poner una silla por seguridad, pues estábamos con niños. A pesar de que avisamos el sábado en la noche, la respuesta fue que no se podía arreglar porque la persona no estaba disponible hasta el lunes.