Es la segunda vez que me hospedo en este alojamiento. La habitación de esta ocasión era peor que la de la primera vez. Pedimos cama matrimonial con mi esposa y nos dieron dos camas separadas. Mi cama estaba rota y crujía demasiado, además no había forma de juntarlas para dormir cerca. Había agua caliente siempre que nos quisimos duchar, cosa que agradezco siempre. El desayuno es escaso en variedad, pero el chico que se encarga de gestionarlo en el salón de desayunos es muy amable y repone lo terminado bastante rápido. Pocos hablan inglés, salvo uno de los chicos de recepción, a pesar de eso ha sido muy amable, con los que no hablaban inglés nos entendimos con el traductor. Pueden cambiarte divisas en el hotel si se lo pides. Hemos dejado el coche de alquiler aparcado delante de la puerta, ellos gestionan el acercamiento y tienes que dejarle las llaves para mover los coches. Repetiríamos si en una futura ocasión me dieran una habitación mejor y con las prestaciones que solicité y mejorasen un poco algunos detalles de limpieza y mantenimiento de las habitaciones.