El problema de este hotel no es la infraestructura ni su ubicación... Es la pobre calidad de atención al cliente... Desde el guarda que te recibe en la entrada con cara como si uno fuera a asaltar un banco o entrando a un penal; las personas que te tienen que dar la llave de la casa de árbol, que no saben ni donde tienen las reservaciones; y las meseras que parecen nanas regaňonas y mal encaradas. Hay un par de excepciones en el personal, pero definitivamente necesitan una buena capacitación de cultura turística, atención al cliente, y hostelería. Requieren también tener una oficina de recepción, hacer facturas más rápido, y bajar precios de comidas. No quemen basura para espantar zancudos, y uno perfectamente puede ingerir bebidas en la piscina si ustedes proporcionarán vasos de plástico, pero no lleguen a sacarlo a uno como que uno fuera un delincuente. Demasiado buen lugar para tan pobre atención.