Despuรฉs de llevarnos una desagradable sorpresa en el hotel que habรญamos reservado previamente, decidimos cancelar e ir a otra opciรณn. Optamos por Las Cruces. El hotel estรก retirado de La Paz, a 45 minutos o una hora, a 30 kms. Sin embargo, por ser camino de terracerรญa, el trayecto se hace mรกs largo.
Desde la llegada, las vistas al mar son impresionantes. El rancho es inmenso, rodeado de desierto y mar.
Otro dato curioso, es que la mayorรญa de los huรฉspedes llegan en barco o en aviรณn (el rancho tiene pista privada).
El principal edificio del hotel estรก diseรฑado como hacienda. Tiene espacios muy amplios, hechos de piedra que evocan otros tiempos lujosos. Si hay algo negativo alrededor de este hotel, es precisamente eso. Los detalles son viejos, como canceles, mesas, y otras cosas. Sin embargo, eso no le resta que la propiedad es impresionante.
Los cuartos son cabaรฑas con vista al mar, con espacios amplios y limpios. No hay TV en los cuartos, pero no se necesita.
El personal del hotel es de lo mejor. Nos sentimos tratados como en casa. Excelentes personas todos, tratando de ser muy acomedidos a nuestras necesidades.
La comida del lugar es casera. No comimos mal, pero esperรกbamos mรกs de un hotel de esta categorรญa. Otro dato importante es que la comida es servida bajo costumbre gringa, es decir, el lunch es ligero y la cena es abundante.
Las comidas invitan a platicar y convivir con los otros huรฉspedes, la mayorรญa estadounidense miembros del hotel.
Muy recomendable.