El lugar está ubicado en una playa muy bonita, ideal para ir a relajarse y desconectarse ya que no hay señal y el wifi no es tan bueno, el hotel como tal está lindo, sin embargo a los dueños les falta ser un poco más empaticos, cuando llegamos al hotel no nos explicaron las reglas y horarios del hotel, como que no podías tener música en la alberca aunque éramos los únicos huéspedes y que no estaba fuerte, además teníamos desayuno incluido y un día llegamos 10:15 am y nos dijo la dueña de que los desayunos eran de 8 a 10 am cosa que jamás habían dicho, nos íbamos a ir pero al final dijo que si nos daría, respecto a la habitación que nos tocó no tenía nada de privacidad, tenía cortinas que en la noche con la luz se veía todo hacia adentro, además quedaba más chica y podías ver por los lados, así que era muy incómodo para cambiarse, el baño tenía puerta de madera con pequeñas aberturas que también se alcanzaba a ver hacia adentro, nunca nos limpiaron la habitación, y nos salió una cucaracha enorme, además cuando llegamos preguntamos por la llave pero que no acostumbraban dar que por qué tenían cámaras, al final como vieron que eso se nos hizo un poco incómodo por qué la habitación estaba en la entrada casi y pensábamos salir, dejar la lap y nuestras cosas en la habitación si nos la dieron, la verdad me gustó la playa pero a ese hotel no volvería.